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...y aquí unas fotos con animación y música:
Excursiones familiares en bicicleta siguiendo los cauces de los canales de la red de de riego en las tierras de Poniente.
En total 295 km y ahora la conclusión
Una ruta ideal para familias ciclistas resistentes al calor y con experiencia en rutas en bici de varios días. Nuestros hijos (17 y 13 años) no tuvieron ningún problema con el esfuerzo físico. Los dos son deportistas y llevan con nosotros varios años haciendo rutas en bici. Nosotros tuvimos que adaptarnos a la mayor lentitud del tándem en las subidas, la bici nos compensó en las bajadas, que por la mayor velocidad se acabaron siempre demasiado rápido. Como hay muchíssimos túneles en la ruta, es imprescindible llevar luces en la bici. A menudo la iluminación de los túneles no funciona. Otra dato importante es llevar suficiente agua. Como a partir de Xerta todos los pueblos quedan lejos del camino y sólo hay una fuente en la estación de Bot, nos podemos encontrar en un buen aprieto si no somos previsores. Cada uno de nosotros llevaba 3 litros de agua.
La mejor fuente de información que encontré es la página http://www.viasverdes.com/ para las vías y http://www.google.es/ para las preguntas donde la primera dirección no tenía respuestas.
Salimos muy temprano de Xerta, para esquivar el calor más abrasador de la media tarde y llegar pronto a nuestro punto de origen, Sant Carles. El único problema que tuvimos eran los mosquitos y la mosca negra. Nos comieron vivios por la mañana. Contabilizé hasta 21 picadas en las dos piernas.
La muy esperada etapa de la bajada continua. Casi un segundo día de descanso. Algo devaluado por un fuerte viento de cara. No obstante la pendiente era más fuerte aún y nos regaló un progreso rápido hasta nuestro punto final de etapa, donde reincidimos con nuestros baños en el Canal de la Dreta de l'Ebre.
A la vuelta los plácidos 18 km de bajada se convirtieron en subida, lo que nos obligó a armarnos de paciencia, poner un desarollo corto, comer fruta y beber agua en abundancia para contrarestar el calor y el esfuerzo. El túnel del equinocio es impresionante, tanto por su longitud (2,3 km), como por su falta de iluminación y espectacular función de aire acondicionado. Suerte que no nos encontramos con ningún tractor, de los que cruzan camino a los campos de labranza.
Suerte que la oferta monumental de Alcañiz es limitada, así que pudimos descansar de verdad de los primeros tres días de pedaleo intenso. Dimos la vuelta a pie a la ciudad, la cruzamos, no nos olvidamos de visitar ningún monumento y nos dimos un apropado alto en la asignatura mirón de piedra antigua. Recomendamos las presentaciones multimedia en el Convento de Santo Domingo, son muy informativos y muy bién hechas. Quedamos impresionados.
Tuvimos la suerte de preguntar en Vallderoures en la información turística por una alternativa a la carretera antes de reemprender nuestra marcha y nos indicaron un PR que accompaña al Matarranya y que cruza por debajo de la Vía Verde de la Vall de Zafán. Nuestra salvación, nos olvidamos de los coches y por pista forestal fuimos sin problemas al encuentro con la vía. Faltaba salvar a la fuerza un terraplen para volver a pisar asfalto exclusivo para caminantes y ciclistas. Para gran alivio de la expedición familiar, a partir de Valljunquera nos esperaron 18 maravillosos kíómetros en bajada hasta Alcáñiz.
La primera etapa reina. 30 km de lenta pero constante subida del 2 al 3% hasta llegar a la estación de Vallderoures. Desde Xerta, la vía ya no pasa directamente por ningún pueblo. Todos están más o menos lejos. Las estaciones están abandonadas, no hay servicios. Excepto Bot donde han instalado una fuente y la fuente natural en el último túnel antes de llegar a Horta de Sant Joan. Nos sirvió de ducha y alivio para la enorme sed que teníamos. Vallderoures está a 7 km de la estación. Tuvimos que llegar por carretera a nuestro punto final de etapa.
Iniciamos la ruta en Sant Carles de la Ràpita a pie del Canal de Navegació. Para eso estaba pensado, pero se ha quedado en mucho menos. Nos acompañó hasta Amposta, donde le relevó el Canal de la Dreta de l'Ebre, que a su vez nos llevó hasta Roquetes. Allí cambiamos el canal por la vía, la Vía Verde del Baix Ebre. Pasamos por Aldover para llegar por la tarde a Xerta, donde nos esperaba el anhelado baño en el canal para refrescar cuerpo y mente.